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¿Sabias que?

BY Paez Juan Pablo IN No comments



Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo FARC-EP somos un movimiento revolucionario de carácter político militar nacido en el año de 1964 en las montañas del sur del departamento del Tolima.
Nuestros fundadores fueron 48 campesinos que habitaban en la región de Marquetalia, una colonia agrícola fundada por ellos mismos diez años antes. Sus líderes principales fueron Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas, quienes encabezaron nuestra lucha hasta su muerte natural acaecida muchos años después. 
A comienzos de los años sesenta del siglo pasado se extendió por Latinoamérica y el Caribe una ola anticomunista inspirada por el gobierno de los Estados Unidos, expresada en la teoría de la Seguridad Nacional, y guiada por el principio del enemigo interno, que fue inculcada de manera sistemática en las fuerzas militares y de policía del continente. De acuerdo con ella, toda oposición política, todo rasgo de inconformidad social, toda expresión popular que trabajara por transformaciones económicas, sociales y políticas, hacía parte del plan de dominación mundial de la Unión Soviética, y por lo tanto estaba integrada por enemigos que debían ser exterminados. Tras la caída del muro de Berlín, tal teoría continuó rigiendo y es vigente en nuestro país.
Por diversas razones históricas, Colombia traía a cuestas un pasado de violencia política estatal y de rebeliones armadas, que a su vez eran expresión del monopolio del poder político por parte de las clases burguesa y latifundista, y ejercicio de una política de despojo de la tierra a favor de los grandes latifundios. Las colonias agrícolas fundadas por el campesinado desterrado de sus zonas de origen pasaron a ser consideradas Repúblicas Independientes a las que había que aniquilar.
De la agresión iniciada contra las colonias de Marquetalia, el Pato, Riochiquito y El Guayabero nacimos las FARC-EP como respuesta armada que se propone la toma del poder político en el país, en conjunción con la inconformidad y la rebeldía de las grandes masas de desposeídos del campo y la ciudad. Nuestra primera declaración política se conoce como Programa Agrario de los Guerrilleros y en él se expresa que nos alzamos en armas porque en nuestro país están cerradas las vías de la lucha política legal, pacífica y democrática.
Hoy somos miles de combatientes, mujeres y hombres, dispersos por toda la geografía nacional. Llevamos prácticamente 52 años continuos de lucha política y armada, enfrentado la cada vez más gigantesca arremetida estatal, a la que nunca le ha faltado el apoyo pleno del Pentágono y el gobierno de los Estados Unidos. Hemos promovido luchas sociales y políticas en defensa de los intereses populares y hemos buscado en múltiples ocasiones llegar a acuerdos de paz que pongan fin al largo desangre que azota a nuestro país. Unas y otras han encontrado siempre la respuesta violenta y represiva por parte del Estado, que ha echado mano a todos los métodos legales e ilegales por impedir el avance del pueblo colombiano: masacres, crímenes políticos, despojo de los campesinos, guerra sucia, paramilitarismo y terror.
Hoy más que nunca levantamos las banderas de la paz y la reconciliación entre los colombianos. Queremos conseguir de las clases dominantes el compromiso definitivo de erradicar la violencia como respuesta a la inconformidad popular. Queremos que en nuestro país se configure la más amplia democracia política, que se pueda hacer política sin peligro de ser asesinado, que se abran las puertas a la solución efectiva de las más graves carencias que afectan al pueblo colombiano.
Hacemos parte de la marea mundial contra el imperialismo y el neoliberalismo, contra la guerra, contra la destrucción del medio ambiente, contra el patriarcado y toda forma de discriminación entre los seres humanos. Creemos en la integración Latinoamericana y Caribeña, creemos que toda nación tiene derecho a su soberanía, a decidir libre y democráticamente su destino, sin injerencias extranjeras. Soñamos con un mundo mejor, sin abismales diferencias económicas y sociales, en paz y armonía. Un mundo en el que un día termine por fin la explotación capitalista.

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